Semilla/Seed #8: Jessica Cunningham Akoto

Continuo con el tema del Mes de la Historia de la Mujer (en los Estados Unidos) y la exploración de las mujeres comunes haciendo impacto en sus comunidades. Quiero destacar el trabajo de Jessica Cunningham Akoto, una educadora que ha sido galardonada por su trabajo, que tiene claro el importante papel (históricamente y en el futuro) de las mujeres negras en la educación de los niños negros. Jessica es parte de la comunidad que asegura que los niños negros tengan las oportunidades que necesitan para tener éxito en la vida.

Cuando estaba estudiando el trabajo de las cooperativas del casabe en Honduras, noté que una de las principales razones del trabajo que las mujeres hacían tan arduamente en sus campos, era para enviar a sus hijos a la escuela. Vendían lo que pudieran en las aldeas, y luego enviaban cajas de casabe a las ciudades para alimento de sus hijos y para que las vendieran a fin de ganar dinero para costear sus gastos educativos. La educación es sumamente importante para como entendamos nuestra lucha conjunta. Recuerde que este proyecto comenzó como una disertación, pero lo que he aprendido sobre lo que nos conecta ha impulsado el proyecto más allá de ese objetivo. Por favor done hoy al Proyecto 25 Semillas para continuar este trabajo. Su dinero se usaría para volver a imprimir los libros de Ereba Iriona que fueron robados y así complir con el objectivo de distribuirlos en las comunidades garífunas de Iriona, Honduras. [La recaudacion de fondos ha terminado.]


Continuing with March’s Women’s History Month theme, and the exploration of everyday women making impact in their communities, I want to highlight the work of Jessica Cunningham Akoto. She is an award-winning educator, who is clear about the important role (historically and moving forward) of Black women in educating Black children. Jessica is part of the community that ensures that Black children get the opportunities they need to be successful in life.

When I was studying the work of the ereba organizations in Honduras, one of the primary reasons women were working so hard in their cassava fields was to send their children to school. They would sell what they could in the villages, and then ship boxes of ereba to the cities for their children to eat and for them to sell to make money for school fees. Education is critically important to how we understand our struggle. Remember that this project started as a dissertation, but what I have learned about what connects us has propelled me beyond that goal. Please donate today to the 25 Seeds Project to continue this work. Your money would be used to re-print the Ereba Iriona photo books that we stolen and distribute them in the Garifuna communities of Iriona, Honduras. [Fundraiser has ended.]

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